¿Podemos encontrar apariciones de OVNIs en la Biblia?

Buenas tardes, estimados y curiosos lectores. Este tema puede parecer un poco fuera de lugar pero, después de exponer mis argumentos, quizás estéis de acuerdo conmigo en que en el origen del cristianismo (y del judaísmo) han influido de manera decisiva una serie de fenómenos sobrenaturales, que hoy día serían calificados como "fenómenos OVNI", aunque en la época en que fue escrita la Biblia no se les interpretaba como la visita de seres provenientes de otros planetas. De hecho, en las últimas décadas, el fenómeno OVNI (cuya existencia real pocos dudan) está experimentando un giro en su interpretación, de modo que ya no se tiende a ver en él a alienígenas que nos visitan gracias a una tecnología muy avanzada, sino a manifestaciones de una Conciencia Global, cuya existencia también está cada vez más asentada. El tema podría dar ampliamente para un libro, desbordando el formato de una entrada de blog, de modo que me limitaré a unos apuntes rápidos, para que podáis seguir investigando sobre el tema, si os interesa. Para confeccionar esta enumeración de posibles fenómenos OVNI me he basado en la entrada "Abducidos" del blog "El Boomeran(g)" (Jesús Ferrero, 19 de abril de 2021), en "el autoengaño de los ovnis" (Marcos Mostaza, 13 de marzo de 2012) del blog de rtve y sobre todo en los podcast de Luces en la Oscuridad, por ejemplo del 23 de febrero de 2020 y del 3 de julio del mismo año, entre otros.

Hay que empezar diciendo que desde la Antigüedad, han sido múltiples los avistamientos de fenómenos celestes diferenciables de meteoritos, cometas y otros prodigios ya conocidos. Tito Livio, Plinio el Viejo, Séneca, Tácito y otros muchos autores de prestigio describen estas apariciones sobrenaturales en el cielo como "escudos voladores". Podéis leerlo con detalle en este link que lleva al artículo "Res Volans Ignota" de Rubén Díaz Caviedes.

En el Antiguo Testamento, dejando a un lado la escalera de Jacob (Génesis 28,11-19) y el misterioso combate de Jacob con un ángel (Gn 32 25), quizás la primera posible referencia sea la manifestación de Dios sobre el monte Sinaí:

"Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar."

Exodo, 19 - Bíblia Católica Online

Aunque esta escena del Sinaí se puede interpretar de un modo alternativo como una erupción volcánica, aquí vemos dos características típicas de muchas apariciones de OVNIs: una densa niebla o nube, y un zumbido. Desde luego, lo primero que deberíamos decidir, cuando leemos este tipo de escenas en la Biblia, es si creemos que describen con más o menos fidelidad un fenómeno ocurrido realmente, o más bien deben interpretarse alegóricamente, en este caso por ejemplo como recursos expresivos para poner de manifiesto a un Dios todopoderoso. Hay que tener en cuenta que esta escena concretamente, y muchas otras tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, fueron transmitidas oralmente durante bastante tiempo antes de ser consignadas por escrito, lo que a menudo suele propiciar la incorporación de exageraciones al relato. Pero incluso en ese caso, habría que admitir que el autor incorporó a su escrito experiencias pertenecientes a su cultura, es decir, fenómenos que la gente comentaba que habían ocurrido, aunque tan raramente que se pusiera en duda su existencia.

Una nube se manifestó repetidamente también sobre la Tienda del Encuentro que el pueblo de Israel portaba en su travesía del desierto: "La Nube cubrió entonces la Tienda del Encuentro y la gloria de Yahveh llenó la Morada." (Exodo 40, 34). Moisés fue finalmente arrebatado al cielo, del mismo modo que Elías lo fue en presencia de su discípulo Eliseo (II Reyes, 2): "Iban caminando mientras hablaban, cuando un carro de fuego con caballos de fuego se interpuso entre ellos; y Elías subió al cielo en el torbellino." El carro y los caballos de fuego podrían corresponder con las bolas luminosas de los avistamientos OVNIs, y el arrebatamiento de Elías sería descrito hoy día como una "abducción". Si fue arrebatado al cielo, era posible que regresara de él, y de hecho estaba profetizado que regresaría antes de la venida del Mesías (Mc 9 12 por ejemplo). Precisamente Moisés y Elías son los dos protagonistas, junto con Jesús, de la escena de la Transfiguración (Lucas, 9)

"Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; (...) Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. (...) Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.» Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto."

Es notable que los testigos de los fenómenos OVNI tienen la sensación de estar viviendo "otra realidad", como una especie de "sueño materializado". Por ejemplo, los olores y sensaciones térmicas suelen apagarse, al igual que en los sueños, y el resto de los sentidos se centran exclusivamente en la aparición y deja de percibirse el ambiente. También es bastante frecuente sentir vergüenza al contar lo sucedido, y muchos testigos prefieren callar para que no los tomen por locos.

En la ascensión de Jesús relatada por Lucas, también el Maestro desaparece tras una nube (Hechos 1 9), pero en el Pistis Sophia, un documento gnóstico que data del siglo II dC y que fue encontrado en 1773, se describe la ascensión de Jesús de un modo que recuerda a los fenómenos OVNI:

"Sucedió entonces, cuando la fuerza luminosa descendió sobre Jesús, que gradualmente lo envolvió por completo. Entonces Jesús ascendió a las alturas, brillando extraordinariamente en una luz inconmensurable. Y los discípulos lo miraban y ninguno de ellos habló en tanto que él alcanzaba el cielo, sino que todos ellos guardaron profundo silencio. (...) Sucedió entonces que, cuando Jesús alcanzó el cielo, tres horas después, todos los poderes del cielo entraron en agitación y se pusieron en movimiento unos contra otros..."

La agitación final de luces en el cielo nos recuerda la "batalla en el cielo" descrita por Plinio (ver link), pero sobre todo este texto remarca la naturaleza "luminosa" de Jesús, ya que según los gnósticos, Jesús solo tenía "apariencia" humana (docetismo) pero no era un humano normal, y por tanto no murió realmente (como se afirma en la Sura 4.157-158 del Corán). Su verdadera naturaleza le vendría de su concepción en la que, como vemos en este cuadro del Renacimiento, habrían participado seres provenientes de otra dimensión.

Anunciación con San Emidio, Carlo Crivelli, 1486, National Gallery (Londres)

Esta naturaleza híbrida podría venir ya anticipada en el Antiguo Testamento. En el libro apócrifo de Enoc o Henoc (apócrifo del Antiguo Testamento, que también los tiene), escrito posiblemente alrededor del siglo II aC y encontrado en los manuscritos de Qumrán, se describe una leyenda de unos "vigilantes" (que usualmente se identifican con los ángeles) que tuvieron relaciones con mujeres humanas y engendraron una raza híbrida de gigantes llamados nefilim, mencionados también muy brevemente en el libro del Génesis:

"Los nefilim existían en la tierra por aquel entonces (y también después), cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos: estos fueron los héroes de la antigüedad, hombres famosos." (Génesis 6, 4)

Estos "ángeles caídos" quizás podrían identificarse con los demonios, de los cuales trata uno de mis post más leídos. También podéis informaros sobre los nefilim en esta página del Instituto de Israel de Estudios Bíblicos.

Otra visión del Antiguo Testamento que podría asemejarse a los OVNIs la encontramos al comienzo del libro del profeta Ezequiel, 1:

"Yo miré: vi un viento huracanado que venía del norte, una gran nube con fuego fulgurante y resplandores en torno, y en el medio como el fulgor del electro... Había en el centro como una forma de cuatro seres... tenían forma humana... Sus alas estaban unidas una con otra; al andar no se volvían; cada uno marchaba de frente. Entre los seres había algo como brasas incandescentes, con aspecto de antorchas, que se movía entre los seres; el fuego despedía un resplandor, y del fuego salían rayos. Y los seres iban y venían con el aspecto del relámpago. Miré entonces a los seres y vi que había una rueda en el suelo, al lado de los seres de cuatro caras. El aspecto de las ruedas y su estructura era como el destello del crisólito. Tenían las cuatro la misma forma y parecían dispuestas como si una rueda estuviese dentro de la otra... Su circunferencia tenía gran altura, era imponente, y la circunferencia de las cuatro estaba llena de destellos todo alrededor. Cuando los seres avanzaban, avanzaban las ruedas junto a ellos, y cuando los seres se elevaban del suelo, se elevaban las ruedas... Sobre las cabezas del ser había una forma de bóveda resplandeciente como el cristal, extendida por encima de sus cabezas, y bajo la bóveda sus alas estaban rectas, una paralela a la otra; cada uno tenía dos que le cubrían el cuerpo."

En esta visión es asombroso el parecido de las ruedas descritas con "platillos volantes" que llevan pasajeros en su interior, visibles a través de una bóveda de cristal, y con una especie de trajes voladores que el autor llama "alas" y con las típicas luces muy brillantes que se mueven de forma extraña. Es más, en diversos encuentros con seres que descienden de los OVNIs, los testigos refieren que avanzan sin caminar, flotando por encima del suelo, al igual que los que describe Ezequiel. Desde nuestra perspectiva racionalista del siglo XXI tendemos a pensar que el profeta Ezequiel deliraba cuando escribía esto, pero quizás tuvo una experiencia con seres que venían de otra dimensión.

Volviendo al Nuevo Testamento, el nacimiento de Jesús habría sido anunciado también mediante otro objeto volador no identificado: la estrella de Belén. En Mateo, 2 (v. 9) leemos:

"He aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño."

En esta estrella se ha querido ver alguna conjunción planetaria, un cometa o cualquier otro fenómeno astronómico. Pero si lo interpretamos literalmente, es imposible que estos fenómenos astronómicos se detengan encima del lugar donde nació Jesús. Dejando aparte el posible origen legendario del relato de Mateo, está claro que el autor consideraba posible la aparición de luces esféricas que se movían cerca del suelo, como en algunas apariciones de OVNIs.

Otro momento de contacto con seres de otra dimensión pudo haber sido el bautismo de Jesús, o al menos así lo vio el artista holandés Aert de Gelder cuando pintó el siguiente cuadro:

Cambridge Museum

También en el momento de la crucifixión, algunos pintores representaron al Sol y la Luna como naves tripuladas:

Fresco que se encuentra en el monasterio de Visoki Decani de Kosovo (1350)

Podéis ver una magnífica colección de representaciones de OVNIs en obras de arte antiguas de diversas culturas en esta página web de infobae.

Para terminar, examinemos la escena de la resurrección descrita por Mateo 28 2-4:

"De pronto se produjo un gran terremoto, pues el ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos."

Dejando aparte que la mayoría de los analistas creen que Mateo introdujo varios elementos legendarios, está claro que si los guardias quedaron "como muertos" no era por la simple visión, sino por algún tipo de influjo que estos seres angélicos (al igual que los visitantes extraterrestres) ejercieron sobre ellos. ¡No son pocos los casos en que los testigos de un suceso OVNI se quedan paralizados, aunque desean moverse! Además, la luz potente y los vestidos refulgentes aparecen también en muchos encuentros con extraterrestres, como la luz que deslumbró a Pablo de Tarso, a plena luz del día, en Hechos 9 3. 

Aún más exagerada es la versión de la resurrección que aparece en el apócrifo de Pedro, capítulos IX y X, en los que dos seres provenientes del espacio sacan el cuerpo de Jesús de la tumba, y lo suben hasta una supuesta nave, que aquí el autor llama "cielo".

"En la noche en que se acercaba el Día del Señor, mientras los soldados vigilaban dos por dos en guardia, había una gran voz en el cielo, y vieron que se abrían los cielos, y dos hombres descendían de allí con mucha luz y se acercaron a la tumba (...) otra vez vieron a tres hombres que venían de la tumba, dos de ellos sostenían al otro y una cruz los seguía. Y la cabeza de los dos llegó al cielo, pero la de aquel que fue dirigido por ellos sobrepasó los cielos."

Podemos imaginar que allí le aplicaron avanzadísimas técnicas de reanimación y consiguieron que volviera a la vida, aunque esto ya pertenece al terreno de la pura especulación. La hipótesis más aceptada hoy día es que estos encuentros con OVNIs han ocurrido durante toda la Historia, pero eran interpretados como dioses o ángeles enviados por los dioses. Aunque algunos eventos relatados en la Biblia sean creaciones literarias, cabe pensar que se inspiraron en hechos sobrenaturales que se comentaban, y que por tanto los oyentes estaban dispuestos a darles crédito. Así tendríamos también la visión de Pedro en Joppe, que sería creación del autor de Hechos en opinión de los críticos, pero parece inspirarse en un fenómeno OVNI:

"Vio los cielos abiertos y que bajaba hacia la tierra una cosa así como un gran lienzo, atado por las cuatro puntas. Dentro de él había toda suerte de cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo." Hechos, 10 11-12

Para concluir, podríamos llegar a formular la hipótesis de que estos seres se hacen los encontradizos con los humanos de forma intencionada, buscando transmitir un mensaje, o al menos causarles una profunda impresión, de modo que influya en el devenir de la Historia. La interpretación de estos encuentros, de hecho, ha podido influir en la configuración de los sistemas de creencias, particularmente en el judaísmo primero y en el cristianismo después.

Hasta la próxima.




 

 

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