¿Es creíble que una virgen pueda ser madre?

Buenas noches, estimados lectores. Después de muchos meses, me lanzo de nuevo a redactar lo que voy aprendiendo de mis lecturas e investigaciones. En este caso, quiero aprovechar que hoy es 25 de marzo, día de la Anunciación, para analizar este hecho. Pero no lo haré desde el punto de vista de la crítica textual, la cual ya ha afirmado que hay un error de traducción en la profecía de Is 7 14, donde en lugar de "virgen" (parthenos en la versión griega ) se debe traducir "doncella" (joven no casada, del original hebreo 'almah), y otros argumentos similares.

Hoy me detendré más en el trasfondo arquetípico, ya que la idea de una virgen madre es muy antigua, y está presente en muchas religiones y culturas. No quiero decir que el cristianismo haya "copiado" la idea de otro lugar, sino que todas las culturas reflejan unos arquetipos que, como decía Jung, pertenecen al Inconsciente Colectivo, común a toda la Humanidad. Por ejemplo, en Honolulu, una virgen de Tonga dio a luz a un niño-almeja que se convirtió en la reina Hina. Pero la diosa Isis es la que más se ha comparado a la Virgen María: su marido Osiris fue descuartizado por el malvado Seth, pero gracias a la magia de Toth y al embalsamamiento de Anubis, el cuerpo fue reconstruido. En este momento hay varias versiones: según algunas, Isis en forma de pájaro copula con su difunto marido, y en otras Isis es fecundada por un relámpago. Sea como fuere, Isis quedó embarazada de Horus, el primer faraón, que sucesivamente se fue reencarnando en todos los faraones. Las frecuentes representaciones de Isis amamantando a su hijo se consideran modelo de las representaciones de la Virgen con el Niño. Es más: el modelo de madre y esposa que ofrecía Isis se popularizó por todo el Imperio Romano, construyéndose pequeños templos en lugares singulares, que luego fueron convertidos en santuarios marianos, con la expansión del Cristianismo. Se garantizaba que, tanto Isis como la Virgen María, acogerían el alma del difunto tras su muerte y la conducirían al descanso eterno. Una curiosidad: el nombre latino Isidoro/a (a veces contraído como Isidro) significa "adorador de Isis".

Isis amamantando a Horus, siglo VII aC

Pasando a mitologías propiamente griegas, se dice que Hércules fue fruto de la unión de Zeus (que en latín se tradujo como Deus o Dios) con una mortal: Alcmena. Muchos otros hijos tuvo Zeus con mujeres mortales: de la princesa Europa nació el rey Minos, y de la princesa Dánae nació el héroe Perseo, entre otros. No debió sorprender en el mundo grecorromano que los predicadores cristianos afirmaran que Jesús había nacido de forma milagrosa de la Virgen María.

De ciertos personajes históricos de renombre también se dice que tuvieron un nacimiento prodigioso. Al parecer, la madre de Sidharta Gautama (Buda) fue la reina Maya, y su concepción tuvo lugar "en la misma hora que comienza la primavera", es decir, muy próxima a la fecha de la supuesta concepción de Jesús. La reina vio un elefante blanco con seis colmillos bajar de cielo y entrar en su útero, tras lo cual escuchó a miles de dioses (ángeles) alabarla con canciones.

Plutarco (nacido hacia el año 40 dC) cuenta una versión mítica de la concepción de Alejandro Magno: dice que su madre Olimpia soñó que un rayo caía sobre su vientre, dejándola embarazada (recordemos que el rayo es el emblema de Zeus). Su marido, el rey Filipo II de Macedonia, soñó que su mujer llevaba en su vientre la imagen de un león (que representa a Alejandro), y la acusó de adulterio. Aunque los emperadores romanos eran a veces considerados hijos de Dios (ya que su antecesor era deificado tras su muerte), esta idea fue ridiculizada por las mentes más agudas de su época, como Séneca.

Fernando Bermejo Rubio, en su libro "La Invención de Jesús de Nazaret" (capítulo XIV) destaca que los escritos más antiguos del Nuevo Testamento (cartas de Pablo y evangelio de Marcos) nada dicen de esta concepción virginal, mientras que las narraciones posteriores de Mateo y Lucas se contradicen entre ellas, o al  menos cuentan historias completamente dispares (que la tradición cristiana ha tratado de conciliar, fundiéndolas en una sola). Esto se une al hecho de que la concepción extraordinaria de Jesús era desconocida para sus hermanos y vecinos (por ejemplo, Juan 6 42: "¿No es este Jesús hijo de José, cuyo padre y madre conocemos?").

En la época en que fueron escritos los evangelios de Mateo y Lucas (años 80-90), Plutarco defendía la idea de que los seres que habían sido engendrados por Dios (como Perseo mediante una lluvia de oro, o el mismo Platón) no lo fueron a través de una relación "carnal" o física, sino mediante la efusión del "poder de Dios", expresión utilizada también por Lucas 1 35, en el anuncio del ángel: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios". 

Todo esto nos lleva a pensar que la historia que Mateo y Lucas introducen en sus evangelios tuvo una buena acogida, y con el tiempo, la divina maternidad de la Virgen María ocupó en la adoración popular el lugar que durante muchos siglos había ocupado la diosa Isis, como hemos dicho antes. ¿Se puede crear una historia mítica muchos años después de que ocurran los hechos, y que la gente la acepte sin más? De hecho, la historia sobre la concepción divina de Alejandro no se encuentra relatada en ningún texto anterior a Plutarco, y al parecer tuvo una gran acogida porque el personaje ya gozaba de una gran admiración. Lo mismo pudo pasar con Jesús: la gente tiende a creer historias maravillosas sobre las personas que admira, y más en una época aún muy alejada del racionalismo actual, en la que circulaban muchísimas historias fantásticas. De hecho, la línea divisoria entre la realidad y la fantasía no estaba claramente establecida, produciéndose un flujo de seres entre ambos mundos, como desarrolla el libro "Realidad Daimónica" de Patrick Harpur, tales como humanos que se divinizan o dioses que se humanizan, tema que ya he desarrollado en otro post.

En todo caso, y como conclusión, la importancia de un mito es proporcional a su extensión, tanto geográfica como temporal. La perdurabilidad del mito de la Virgen María simboliza una realidad más profunda que todos podemos experimentar de algún modo: el surgimiento en nuestro interior de un ser de características "divinas" que nos guía en nuestro desarrollo espiritual, al mismo tiempo que la experiencia de una "madre" en el Más Allá, que nos protege y nos espera.

Espero que nadie se haya ofendido con mis afirmaciones, y que podamos discutir sobre este tema sin recurrir al fanatismo.

Un saludo.

 

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