¿Es Jesucristo un judío como otro de su tiempo?

Buenas noches. En esta ocasión quiero contaros cómo era el judaísmo que rodeaba a Jesucristo. Lejos de ser un bloque homogéneo, había cuatro tendencias principales, y dentro de ellas también había diferentes puntos de vista. ¿Podríamos clasificar a Jesucristo dentro de alguno de esos grupos judíos o debemos considerar que su doctrina es totalmente original? Os vais a sorprender de que la doctrina de Jesucristo encaja casi a la perfección dentro de la doctrina de los FARISEOS, a pesar de que los Evangelios muestran a Jesús discutiendo con ellos con vehemencia. ¿Queréis que os lo explique?

Según el historiador Flavio Josefo, del que ya os hablé en otro post, la sociedad judía se dividía en cuatro "filosofías", como él lo llama. Seguramente usa esta palabra porque este historiador, aún siendo de origen judío, estaba muy familiarizado con las "escuelas de filosofía" que intentaban captar adeptos por todo el Imperio Romano. Las cuatro filosofías eran: saduceos, fariseos, esenios y zelotes.

Los SADUCEOS aparecen en los Evangelios negando la resurrección. Tened en cuenta que en la época de Jesús la mayoría de los judíos creían en una resurrección general al final de los tiempos (como Marta en Jn 11 24). Los saduceos eran la clase dirigente, ya que decían descender del Sumo Sacerdote Sadoq de la época del Rey Salomón. Por este motivo, las creencias de los saduceos corresponden a un judaísmo antiguo que todavía no ha incorporado la creencia en los ángeles o en el juicio final (el judaísmo se impregnó de estas ideas orientales durante el destierro en Babilonia). Los saduceos creían que Dios pagaba a los justos con riquezas y castigaba a los impíos con enfermedades AHORA EN ESTA VIDA (Por eso le preguntan a Jesús en Jn 9 2: "¿Por qué está  ciego éste? ¿Pecó él o sus padres?"). Ellos eran ricos (pensaban que Dios bendecía su comportamiento) y controlaban que los sacrificios en el Templo se hicieran según las prescripciones precisas, pero no eran muy rigurosos en cuanto a la moral, que quedaba reducida a poco más que los 10 mandamientos, o sea que no obedecían los aproximadamente 600 preceptos de la Mishná, porque, decían, no aparecen en la Biblia.

Los FARISEOS, por contra, se esforzaban por cumplir todos estos preceptos relativos a la comida, al matrimonio, al comercio, a los sacrificios y en general a todos los aspectos de la vida. Estos preceptos formaban parte de una tradición oral que, según dicen, se remonta a Moisés. Los fariseos eran admirados por el pueblo, por lo que los fariseos podrían representar la corriente mayoritaria. San Pablo y Nicodemo son ejemplos de fariseos que aparecen en el Evangelio. Los fariseos tuvieron duros enfrentamientos con los saduceos a partir del año 100 aC, porque criticaban la corrupción de la clase dirigente, y su colaboración con los romanos invasores. Los fariseos acostumbraban a discutir sobre la interpretación de los mandamientos de la Mishná y cómo adaptarlos al tiempo presente, diferenciándose principalmente dos escuelas: la de Shamai (más estricta) y la de Hillel (que atendía más a la intención). Precisamente algunos estudiosos sitúan a Jesús dentro de esta última. Las interpretaciones de la ley que hacían los rabinos fariseos NO PODÍAN PONERSE POR ESCRITO, sino memorizarse por parte de sus discípulos, lo cual puede explicar por qué los apóstoles tardaron tanto tiempo en anotar las ideas de Jesús. Cuando fue destruido el Templo en el año 70 dC y la mayoría de la población judía fue exterminada o esclavizada, solo los fariseos sobrevivieron, por lo que en la época en que los evangelios fueron escritos "fariseo" era sinónimo de "judío". Estos fariseos supervivientes expulsaron a los cristianos de las sinagogas y por ello se convirtieron sus acérrimos enemigos.

También había otras corrientes en el judaísmo, pero más minoritarias. Los ESENIOS son conocidos por haber escrito y escondido los famosos "manuscritos del Mar Muerto" encontrados en las cuevas de Qumrán por un pastor en 1947.
Allí formaban una comuna aparte, en la que no existía la propiedad privada y había muchos célibes y ascetas. Creían en una llegada inminente del Mesías, que expulsaría a los romanos de la tierra de Israel, pero pensaban que era Dios el que iba a intervenir milagrosamente en la historia cuando llegase el momento, por lo que lo único que cabía hacer era esperar. También había grupos de esenios en las principales ciudades. Precisamente el Cenáculo donde Jesús se solía reunir (o al menos se reunió una vez) con sus discípulos se sitúa en el Barrio Esenio de Jerusalén. Algunos estudiosos creen que los evangelios no nombran a los esenios porque los primeros cristianos se identificaban totalmente con ellos, aunque otros no están de acuerdo.

Un cuarto grupo se había desgajado de los fariseos, eran los CELOTAS O ZELOTES. Seguramente Simón el Cananeo (Llamado Zelote en Lucas 6 15) pertenecía a este grupo, y algunos afirman que también lo era Judas Iscariote (o Judas el Sicario, portador de sica daga). Probablemente también lo era Barrabás. Se llamaban así por el extraordinario celo que sentían, y por ello querían expulsar a los extranjeros de la tierra de Israel recurriendo a la violencia, normalmente utilizando técnicas de guerrilla. Hacían llamadas a la gente a que se uniera a ellos, renunciando a su familia y a todas sus posesiones, y les decían que debían estar dispuestos a dar su vida incluso en la cruz. Hacia el año 66 se organizaron como un ejército y protagonizaron la Gran Revuelta Judía, de la que ya hemos hablado y que terminó de forma tan terrible.

Los celotas se oponían al pago del tributo a Roma y, según algunas interpretaciones del conocido pasaje "Dad al César lo que es del César y dad a Dios lo que es de Dios", también los seguidores de Jesús entendieron que no había que pagar el tributo.

La primera pista de que esta frase no se ha interpretado correctamente por parte de la Iglesia es precisamente la pregunta que le fue formulada a Jesús: "¿Es lícito pagar el tributo al César?" para tener de qué acusarlo ante el poder romano, o sea, que suponían -o habían oído- que Jesús se oponía al pago del tributo. En efecto, Judas el Galileo (fundador de los celotas) había afirmado que NO ERA LÍCITO PAGAR EL TRIBUTO puesto que las riquezas de la tierra de Israel se las ha entregado Dios a su pueblo y no a los romanos, de modo que la afirmación "Dad a Dios lo que es de Dios" la gente lo entendió como que no había que pagar el tributo, aunque Jesús respondió de una forma tan inteligente que no lo dijo abiertamente para que no pudieran acusarlo.

No es Judas el Galileo el único líder que cita Josefo en su libro "Antigüedades Judías". Numerosos líderes surgieron a lo largo del siglo primero (ya sea antes o después de Jesús) e intentaron reunir seguidores, con más o menos éxito. Judas el Galileo y Teudas son citados en boca de Gamaliel en el libro de los Hechos 5 36-37 (aunque en el orden inverso al que históricamente aparecieron), pero el más conocido fue sin duda JUAN EL BAUTISTA. Los evangelistas ponen en labios de Juan y de Jesús palabras muy parecidas, por lo que a ojos de los historiadores Jesús parece un discípulo de Juan que más tarde, tras su arresto, inició un movimiento propio, y si bien la Iglesia católica no lo admite así, en Lucas 20 21 da incluso a entender que Juan no bautizó a Jesús, sino alguno de sus discípulos. De hecho, algunos contemporáneos (incluyendo Herodes Antipas) pensaban que Jesús era Juan el Bautista que había resucitado (Lucas 9 19), tan similares eran sus mensajes. Por cierto, esto demuestra, una vez más, que la creencia en la resurrección estaba bastante extendida.

Así pues, en resumen: ¿en qué corriente judía situaríamos a Jesús? ¿O quizás fue un líder original? A la vista de lo que hemos dicho, la originalidad de Jesús consistió en tomar algunas ideas de cada uno de los grupos, salvo quizás de los saduceos y herodianos colaboracionistas, y formar una doctrina coherente y sólida.

Como podéis ver, me gusta destacar los aspectos más polémicos y las contradicciones que encontramos en las escrituras, y algunos dirán que me gusta buscarle cinco pies al gato. Si bien la enseñanza de la Iglesia trata de conciliar las distintas versiones e interpretar favorablemente los pasajes más conflictivos, un lector independiente puede descubrir cosas que los católicos, al estar adormecidos por la constante predicación de la Iglesia, nunca nos hemos parado a pensar. Si bien actualmente la Iglesia presenta una interpretación más o menos "monolítica", no es realmente así, sino que aún hoy hay libre-pensadores "dentro" de la Iglesia, y muchos más los ha habido a lo largo de la historia, aunque muchos dirigentes se han esforzado por hacerlos callar, desterrándolos o destruyendo sus obras (o cosas aún peores). Desde aquí invito a los intrépidos lectores a que realicen investigaciones por su cuenta y confirmen o desmientan las hipótesis que aquí expongo. Para facilitar vuestra búsqueda, podéis pinchar en los LINKS a la wikipedia o a otros posts que he insertado.

¡Hasta la próxima!

Agradezco una vez más a autores como Fernando Bermejo y Antonio Piñero el esfuerzo por presentar una visión alternativa de Jesús de Nazaret desde el punto de vista de la historia y de la filología.

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