¿Por qué mató Herodes a Juan el Bautista?

Estimados lectores. Dilucidar por qué mató Herodes a Juan el Bautista puede aclarar por qué Herodes perseguía a Jesús y quizás, en última instancia, por qué la autoridad romana consideró que Jesús suponía un peligro de revuelta social. La razón que aparece en los evangelios -que Juan denunció a Herodes por haberse casado con la mujer de su hermano- quizás no sea la única, o ni siquiera la razón principal. Pero vayamos por partes.

Reparto del reino de Herodes el Grande

Herodes Antipas fue tetrarca de Galilea desde la muerte de su padre Herodes el Grande en 4 aC (ver mi post sobre los diferentes Herodes del Nuevo Testamento),  hasta su destierro el 39 dC. "Tetrarca" (que aparece en Lucas 9 7) significa literalmente "rey de la cuarta parte", ya que heredó solo una pequeña parte del reino de su padre, según le pareció bien al emperador Augusto, concretamente las pequeñas regiones de Galilea (al norte de Samaria) y Perea (al este del río Jordán), separadas geográficamente. Antipas fue educado en Roma, por lo que su fidelidad a la ley judía era más bien simulada, y de hecho mandó adornar su palacio en Tiberíades con estatuas de animales, prohibidas por la Ley. Tanto su padre como él mismo eran reyes "clientes" de Roma, lo que significa que tenían autonomía para gobernar su reino, siempre que pagaran el tributo correspondiente y no pactaran ningún tipo de alianza con los enemigos de Roma, en este caso, el imperio Persa, situado al este. Precisamente esto fue lo que hizo caer a Antipas en 39 dC: se le acusó de haber pactado con Persia.

Poco después de ser nombrado tetrarca, Herodes pudo analizar la causa de la desgracia de su hermano Arquelao (citado en Mt 2 22) y tomó las máximas precauciones para evitar revueltas en su pequeño reino. Arquelao había recibido en herencia en 4aC las regiones de Samaria, Judea e Idumea (las he nombrado de norte a sur), con el título de etnarca (superior a tetrarca). Pero solo las conservó durante dos años, debido a las revueltas. Ya antes de recibir el cargo de manos de Augusto reprimió cruelmente una rebelión de fariseos, pero la gota que colmó el vaso fue una segunda rebelión, para protestar por su matrimonio con Juba, que había sido viuda de su hermano, y en ese momento era esposa del rey de Mauritania. Este acto iba en contra del mandamiento del Levítico 20 21 "Si uno toma por esposa a la mujer de su hermano, es cosa impura, pues descubre la desnudez de su hermano; quedarán sin hijos." Levítico, 20 - Bíblia Católica Online

El poder romano deseaba, ante todo, tranquilidad en sus reinos fronterizos, por lo que desterró a Arquelao y lo sustituyó por un prefecto romano, el mismo cargo que Poncio Pilato desempeñaría veinte años más tarde. La pequeña provincia de Judea (incluyendo a Samaria e Idumea) quedaba así sometida a la jurisdicción de la provincia de Siria, por lo que el legado de Roma, Quirino, ordenó un censo inmediato para conocer la población real existente y así poder calcular el tributo que la nueva provincia debía pagar al Imperio. Este es el censo al que sin duda se refiere Lucas 2 1-5, pero cuando se produjo Jesús debía contar ya con unos 8 o 10 años. Además, no consta que cuando Roma ordenaba un censo fuera necesario desplazarse a la localidad de origen, así que todo apunta a que Lucas usó el censo como excusa para un supuesto viaje de la familia de Nazaret a Belén, donde estaba profetizado que debía nacer el Mesías.

El malestar ocasionado por el censo propició una nueva revuelta popular, liderada por Judas el Galileo, que acabó con unos 2000 crucificados, según el historiador judeo-romano Flavio Josefo. Herodes Antipas aprendió la lección, y durante su largo reinado no hubo altercados de importancia en sus dominios, por lo que debemos deducir que era un hábil diplomático, capaz de congraciar al mismo tiempo al emperador romano y a su pueblo judío, según razona Sanders en su libro "La figura histórica de Jesús", página 40.

Cuando Antipas se casó con su sobrina Herodías, que había estado casada con Herodes Filipo, se desató la crítica popular, aunque el árbol genealógico de los descendientes de Herodes el Grande era tan complicado que era difícil saber si el Levítico prohibía expresamente dicho matrimonio. Herodes Antipas, Herodes Filipo y el padre de Herodías eran hermanos solo de padre, ya que procedían de distintos matrimonios de Herodes el Grande. Sin embargo, el parecido de este caso con el que desató la destitución de Arquelao hace comprensible, entonces, que Antipas quisiera deshacerse de una persona tan popular como Juan el Bautista, que le denunciaba continuamente delante del pueblo. Probablemente Juan lo usaba como ejemplo de falso judío, que se limita a cumplir las leyes de forma externa, como los "sepulcros blanqueados" que decía Jesús en Mt 23 27. Esto lo convertía en posible líder de una rebelión, aunque el mensaje del Bautista, si bien era incómodo, no llamaba explícitamente a una rebelión. Tan importantes razones políticas desmienten, entonces, que la muerte del Bautista se debiera simplemente a un capricho de Salomé, la hija del primer matrimonio de Herodías con Filipo (Marcos 6 17-28 y paralelos).

Para casarse con Herodías, Antipas tuvo que repudiar a su primera mujer, hija del rey del vecino reino Nabateo, lo que ocasionó que éste, en venganza, le infligiera una severa derrota militar. Para defender a su reino cliente, Roma envió legiones desde Siria, bajo el mando de Vitelio, pero la súbita muerte del emperador Tiberio (37 dC) detuvo la inminente invasión del reino Nabateo. Según Flavio Josefo, el pueblo atribuyó la derrota de Antipas a un castigo divino por haberse casado con Herodías.

¿Tendrían los evangelistas motivos para ocultar el temor de Herodes a una rebelión, razón declarada por Flavio Josefo (En Antigüedades Judías cap. XVIII) para la muerte del Bautista, o simplemente fue una omisión accidental? Los motivos podrían estar en que Jesús comenzó su vida pública en la órbita del Bautista, y es evidente el interés de los evangelistas en desvincular a Jesús de todo movimiento revolucionario, para presentar su crucifixión como la muerte injusta de un inocente.

¿Cuál era el mensaje de Juan que tanto hizo temer a Herodes Antipas? Juan predicaba la llegada inminente del Reino de Dios (Mt 3 1ss), bajo la guía de un Mesías liberador "al que no merece desatar la correa de las sandalias" (Mc 1 7), un Hijo del Hombre como que el esperaba la Comunidad de Qumrán, a la que probablemente perteneció (ver mi post). El bautismo de Juan era solo el signo de un arrepentimiento interior, una decisión de cambio de vida, no era un mero rito que purificase de manera mágica o automática. Lucas 3 18 presenta el mensaje de Juan como una "buena noticia" para el pueblo oprimido, por lo que algunos de sus discípulos podrían verse tentados a "colaborar" en un más pronto advenimiento del Reino de Dios, derrocando al rey títere Antipas. Al menos esta es la visión que defiende Fernando Bermejo en La invención de Jesús de Nazaret, cap. VII. Desde luego Antipas se lo pensó dos veces antes de ejecutar a Juan, por la simpatía popular de la que gozaba, y si lo hizo fue porque veía que Juan cuestionaba su derecho a gobernar en Galilea. Hay que tener en cuenta que Juan predicaba "al otro lado del Jordán" (Jn 1 28), lo que correspondería con la región de Perea, también bajo la jurisdicción de Antipas. Perea era una región limítrofe con el reino Nabateo, y su población probablemente temía las represalias de su rey, cuando Antipas repudió a su hija. El mensaje de Juan "para escapar de la ira inminente" (Mt 3 7) podría referirse a estos temores.

¿Persiguió Antipas a Jesús por el mismo motivo? Es un hecho que las principales ciudades de Galilea donde residía Antipas (Séforis y Tiberíades) apenas se mencionan en los evangelios, y desde luego no se dice que Jesús predicara en ellas. Además, se dice que Jesús iba de un lado para otro, y frecuentemente residía en la localidad fronteriza de Cafarnaúm, que le permitía huir rápidamente al reino vecino, sin más que cruzar el Jordán. En un momento determinado, Antipas se cuestiona incluso si Jesús es Juan que ha resucitado (Mc 6 16), lo que puede ser indicativo de la similitud de su mensaje. Nadie duda de que Jesús fue bautizado por Juan, ni de que Jesús se quedó con él por un tiempo, e incluso él mismo bautizaba (Juan 3 22), aunque posteriormente se negara este hecho (Juan 4 2), probablemente para desvincularlo de Juan. La principal diferencia es que mientras Juan atraía a la gente al Jordán, Jesús decidió llevar el mensaje de conversión a los pueblos y aldeas de Galilea, acompañado de algunos discípulos de Juan como Andrés y Felipe. En principio, el mensaje de Jesús es muy similar al de Juan (Compárese Mt 4, 17 con Mt 3,2: "Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos"), y se ciñe a la región de Galilea (Mt 4 23), gobernada por Antipas. En opinión de Antonio Piñero (en Guía para entender el Nuevo Testamento, capítulo 9.I.5), Jesús no tomó conciencia sino gradualmente de que él era el Mesías que iba a liberar a su pueblo, pero atraía a las multitudes, lo que lo convertía en un elemento peligroso, desde el punto de vista de Herodes Antipas.

Para terminar, la supuesta entrevista entre Jesús y Herodes después del prendimiento, relatada tan solo por Lucas 23 7ss, no parece verosímil, puesto que Herodes no tenía ninguna jurisdicción en Jerusalén sobre los ciudadanos de origen galileo (como afirma Lc 23 7), aunque sí es probable que se encontrara allí para celebrar las fiestas de Pascua. No es tampoco verosímil que Herodes simplemente deseara que Jesús le hiciera alguna señal (Lc 23 8), puesto que de haber tenido lugar el encuentro, hubiera buscado la manera de acusarle ante Pilato y quitarse de enmedio al molesto sucesor de Juan. Y desde luego tampoco es muy creíble la supuesta enemistad entre Herodes y Pilato (Lucas 23 12), de la que no queda ningún hecho registrado en algún documento histórico. Como hemos dicho, Herodes era un rey "cliente" con buenas relaciones diplomáticas con los romanos.

En conclusión, Juan (y Jesús después de él) fueron vistos como individuos peligrosos que podían alentar una rebelión popular (ver mi post sobre la expulsión de los mercaderes del Templo) una más de las que hubo a lo largo del siglo I. Todas las rebeliones judías contra el gigante romano estaban basadas en la fe en una intervención divina (de otro modo no hubieran cometido tal locura), y en el caso de Juan y Jesús sabemos que anunciaban una pronta venida del Reino de Dios. Si bien no hay constancia de que Juan o Jesús llamaran a una rebelión activa contra los gobernantes, está bastante claro que éstos les temían precisamente por este motivo.

Y con esto vamos a finalizar. Espero haberos hecho descubrir nuevos aspectos de Jesús de Nazaret. Hasta la próxima.




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